La oportunidad se le presentó un día cuando Esaú regresaba de cacería, hambriento y exhausto. Olió y vio lo que Jacob estaba preparando y le pidió algo de comer. Una traducción literal de lo que dijo Esaú sería: “¡Déjame tragar algo de ese guisado rojo, de eso rojizo que está allí!” Con excepción de la fruta prohibida, este plato de lentejas ha sido la comida más cara que jamás alguien haya comprado. Para comprar el guisado, Esaú vendió su primogenitura. Su actitud fue: “De cualquier manera, tarde
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